DEL HUMANISMO A LA REFORMA

Como en Europa, en el ámbito de los reinos hispanos habían venido abriéndose camino diversos proyectos de reforma disciplinar y pastoral. Cisneros los impulsó merced al decidido apoyo de los Reyes Católicos. El erasmismo presenta entre nosotros una neta clave de pensamiento humanista cristiano. Erasmo de Rotterdam es leído con interés en España por existir aquí un ambiente propicio a sus planteamientos de renovación espiritual interior y de reforma del clero. Si a esto unimos las críticas populares a la inmoralidad eclesiástica que durante el siglo XV habían venido difundiéndose, se comprenderá cómo el erasmismo vendría a convertirse casi en fruto espontáneo de nuestro suelo.

Al comenzar el siglo XVI también se hizo patente un movimiento espiritual algo más autóctono, el de los “alumbrados”, caracterizado por cultivar un cristianismo interiorizado ajeno a las manifestaciones externas de un culto hueco alejado de una auténtica experiencia personal de la fe. El rechazo de la mediación eclesiástica ejercida a través de la liturgia sacramental y las devociones, le acercarían un tanto a los reformadores discípulos de Lutero.

Para la Inquisición, alumbradismo, erasmismo y luteranismo vinieron a constituir un confuso bloque de ideas aglutinado sólo por el miedo a la conmoción política que las novedades ideológicas del tiempo suscitaban, caricaturizadas como una conspiración a la que perseguir, urdida desde el seno de la Universidad alcalaína.

Carta del Inquisidor General Alfonso Manrique prohibiendo el Diálogo de Doctrina cristiana de Juan de Valdés. 1529, agosto, 27. Toledo. Archivo Diocesano de Cuenca: Inq. lib. 224, fol. 46 rº.

Alberto Durero. Retrato de Erasmo de Rotterdam. 1526. Estampa. Grabado, buril, 24 x 19 cm. Biblioteca Nacional de España: Invent/80476.